Andreu Martín

Blog del escritor Andreu Martín

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Espectacle Literari «Com escric»

Dijous 28 a les 19.30. Llibreria La Central.

(c/Mallorca, 237)

Amb les intervencions de l‘escriptor Andreu Martín

i l’actor Arnau Vilardebó 

Podeu seguir l’espectacle a Twitter amb l’etiqueta #ComEscric, i fins el dia 28 es publicaran en l’etiqueta «10 lecciones en 140 caracteres»

La nova obra de l’Andreu Martín editada per Ara Llibres

Memorias amnésicas (1)

Me estaba planteando escribir mis memorias. Muchas veces me lo sugieren: «¿Por qué no escribes tus memorias?». He estado pensando sobre ello y creo que no lo haré.
He comprobado que normalmente unas Memorias consisten en relatar la lista de personas famosas que uno ha conocido a lo largo de su vida. El día que saludé al rey, el día que cené con Manuel Vázquez Montalbán… Lo siento, pero no recuerdo casi nada y lo que recuerdo no es para ser contado.
Un ejemplo: en una recepción en el Palacio de la Zarzuela (¿era en la Zarzuela? Bueno, uno de esos palacios que tiene el rey por Madrid) coincidí con Antonio Gala. No es que lo admire mucho pero, vaya, uno se le acerca y lo saluda. Sobre todo, porque no hacía mucho que había estado hablando de él.
-Hola -le dije-, soy Andreu Martín. Escribo novela policíaca. -Me miraba con cara de oler mierda-. El otro día estuve hablando con un atracador que me dijo que te conocía.
Me pareció que le hacía ilusión saberlo pero en seguida se puso a balbucear e intuí que no era la mejor manera de iniciar una conversación con Antonio Gala. Me alejé precipitadamente fingiendo que alguien me llamaba desde el otro lado del salón.
Nunca más he vuelto a saber de él. ¿Puedo decir que conozco a Gala? Creo que no. ¿Mencionaría esto en unas memorias? No, no, decididamente, más vale que me refugie en la amnesia. (O en el Alpiste: mezcla de alzheimer y despiste.)

El cadáver exquisito (y 8)

¿Cómo planeé la novela a 24 manos?
Partí de un título que venía cantado: la idea nació en la Librería Negra Y Criminal y me pareció buen título para la novela. NEGRA Y CRIMINAL.
Pensé que podíamos tener una protagonista que fuera a la vez Negra y Criminal vengadora de antiguas afrentas.
Pensé entonces en una serie de víctimas de esa protagonista, cada una de las cuales protagonizaría a la vez el relato del escritor en cuestión. La única obligación de cada autor sería, pues, recrear la historia de algún malo que alguna vez mereció que nuestra Negra y Criminal acabara con él.
Añadí a algunos capítulos un plus que nos diera consistencia, evolución, planteamiento, nudo y desenlace a la historia, pero estos capítulos sólo eran propuestos, no impuestos, y aceptados por los voluntarios que asumían el pie forzado.
Jaume Ribera y yo nos reservamos el papel de reescritores de capítulos intermedios, como para disimular las costuras y las grietas que pudieran quedar entre historia e historia.
Y quedó bien, os lo prometo, quedó muy bien.
Se llama Negra Y Criminal y creo que podéis comprarla a través de la Página web de la Librería Negra y Criminal.
Probadla.

Cómo escribo a cuatro manos (2)

El sistema de trabajo aprendido con el cómic dio lugar a una serie de afinidades con Jaume Ribera (y con JuanJo Sarto, que también era guionista de cómic).
a) Ante todo, teníamos un estilo muy parecido basado en unas descripciones precisas, desinhibidas, sin exhibicionismos innecesarios pero con la capacidad de seducción para simpatizar con el lector amigo; y unos diálogos cortos e ingeniosos.
b) Dábamos mucha importancia a la historia, al guión a seguir (guión viene de guía), a la necesidad de tener la historia completa, de principio a final, antes de ponernos a trabajar en serio.
c) Partíamos de imágenes que había que describir.
d) Nos gustaba comer bien.
Lo de comer bien es esencial porque nuestras historias siempre nacieron frente a un mantel. Con buena comida y vino de la casa, nos empezábamos a contar aventis. Solía empezar con la paradoja, ese punto de giro con que siempre comienzan las novelas. «Era un tipo normal con una vida normal HASTA QUE UN DIA…» O bien «¿Te imaginas que un tío entra en su casa y…?» A eso se le añadían nuestros caprichos («pues a mí me gustaría que recreáramos el…» Y tomábamos notas esquemáticas. Un día, y otro, y otro. Hasta el «¿Y cómo acabaría?». (CONTINUARÁ.)

Cómo escribo a cuatro manos (1).

COMO ESCRIBO A CUATRO MANOS

Todo empezó con JuanJo Sarto y, en seguida, con Jaume Ribera. Los tres éramos guionistas de cómic y, por tanto, es interesante puntualizar lo que eso significa.

El guionista de cómic sabe que sólo un 10 % de lo que escribe será leído por el público. La mayor parte de su trabajo consiste en decirle al dibujante lo que debe dibujar (Viñeta 1, una pareja en una habitación, ella es así y asá, él es así, van vestidos así, y al fondo hay un mueble), con todo detalle porque lo que no mencione el guionista no será dibujado y, si es importante, desaparecerá del relato. Así que escribimos claro y con descripción fotográfica y, al saber que eso sólo lo va a leer el dibujante (que suele ser amigo), lo hacemos con desparpajo, sin jugarnos la vida, sin necesidad de deslumbrar a nadie.

Lo único de nuestro trabajo que llegará al lector son los diálogos. Y ahí sí que tenemos que lucirnos: breves (porque el espacio en cada viñeta es limitado), que hagan avanzar la acción en cada viñeta (sobran los circunloquios) e ingeniosos porque ahí sí que tenemos que lucirnos.

Otra cosa: el guionista sabe que su trabajo no es definitivo: es una base provisional para que el dibujante le dé la última forma.

Así fue como aprendimos a escribir Juanjo, Jaume y yo.

(CONTINUARÁ)